Hoy hacía un día estupendo, con mucho sol y mucho calor. Nos han invitado a una barbacoa en Mödling, un pueblo al lado de Viena.
Lo más destacable fue que los austriacos no dejaban de quejarse del calor, se pusieron como gambas a los cinco minutos, y que he descubierto las salchichas rellenas de queso.
Los austriacos son bastante salchicheros, aunque no tanto como los alemanes. Tienen de muchos tipos, pero como a mí no me apasionan mucho no suelo comerlas. De hecho, creo que lo que más me gusta son las butifarras y de eso no tienen. Sin embargo las salchichas rellenas de queso asadas estaban bastante bien. Creo que a mi hermano le encantarían aunque no tenían pinta de ser demasiado sanas.
Como anécdota del día diré que le he preparado a Christoph un café con sal y tabasco. Me he reído tanto que casi muero ahogada. Debe de ser el karma.
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