Algunos de vosotros ya sabréis que Christoph y yo teníamos planeado un viaje de tres semanas por Escandinavia. Pues bien, hoy lo hemos comenzado y ahora mismo estoy en Estocolmo.
Mi día se ha basado sobre todo en viajar en coche y avión.
Mi día se ha basado sobre todo en viajar en coche y avión.
Mi último Apfelstrudel en bastante tiempo |
Sus billetes me parecen de lo más colorido |
El hotel que hemos escogido es un barco situado en una mini-isla bastante céntrica. Hemos cogido una suite con cama doble, que está muy bien y es original para un par de noches pero que en realidad resulta caro si comparamos precio con comfort.
Como cama de matrimonio deja bastante que desear |
La habitación cuenta con un sofá-cama, televisión, baño con ducha, un escritorio y una mesa |
Vistas desde uno de nuestros numerosos ojos de buey |
Hemos ido a dar un paseo antes de cenar por una zona comercial que está bastante cerca. Yo no he aguantado ni una hora porque hacían sólamente dos grados. Lo que más me ha llamado la atención hasta ahora es:
- El café es bastante barato y hay muchas cafeterías muy chulas. Sin embargo los dulces resultan caros.
- El café es bastante barato y hay muchas cafeterías muy chulas. Sin embargo los dulces resultan caros.
- Hay muchísima gente que se desplaza en bicicleta.
- De todas las tiendas que he visto, muy pocas pertenecían a multinacionales o grandes franquicias. Casi todas eran suecas.
- En un parque había triciclos y bicicletas para niños por ahí tiradas que se pueden coger para jugar libremente. ¿Os imagináis cuánto tardarían en desaparecer en Barcelona?
- De todas las tiendas que he visto, muy pocas pertenecían a multinacionales o grandes franquicias. Casi todas eran suecas.
- En un parque había triciclos y bicicletas para niños por ahí tiradas que se pueden coger para jugar libremente. ¿Os imagináis cuánto tardarían en desaparecer en Barcelona?
- En las fotos de los escaparates de las peluquerías abundan los looks con colores fantasía.
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