Si quieres llorar por dentro no hay nada mejor que traer comida de tu país o tratar de cocinarla en tu nuevo hogar. Y es que la gente de otros países puede arruinar tu gastronomía en un abrir y cerrar de ojos y además soltarte un "hay que ver cómo te pones, si así está más bueno".
Como el pasado fin de semana estuve en Barcelona, mi madre me compró embutidos para que me los pudiera traer a Viena. Mi novio y su hermana, además de cogerme la comida cuando yo no estaba sin permiso, la han comido incorrectamente. Y luego no me dejan a mí modificar sus platos, manda huevos la cosa.
Tras este incidente he decidido explicar algunas situaciones divertidas que me han sucedido con la comida desde que estoy aquí, tanto española como austriaca.
Cuando ellos arruinan tu comida:
- El pan con mantequilla es sagrado. No les hables de echarle aceite al pan, y mucho menos tomate (éso es para las ensaladas y las pizzas). Todo pega con pan, ya sea negro o blanco, y mantequilla. ¿Los embutidos ibéricos? ¡Con pan con mantequilla! Da igual que hayas traído jamón de 60€/kg porque te lo van a comer de esta manera. Y encima te soltarán cosas como "No te pongas así, que nosotros también tenemos jamón y lo comemos así". Pues vete al super a comprar jamón del tuyo y deja el mío en paz.
- Ketchup en la pasta. Bueno, en realidad es ketchup, mostaza y otras salsas de bote similares a cualquier plato. Pero una cosa es ponerla en la carne cuando haces una barbacoa y otra muy distinta es en la pasta. Cada vez que hacen éso trato de explicarles que un italiano se revuelve en su tumba, pero me sueltan algo tipo "Pues tú le estás echando un chorro de aceite de oliva". Entre comer pasta sin nada, el ketchup y el aceite, ¿con qué os quedaríais?
- Salsa de yogurt en la ensalada. Vale, aquí también se la echan a otras muchas cosas y tiene un pase, pero lo de la ensalada también me duele. Yo les digo que si se han vuelto turcos y se comen todo como si fuera un kebab. Ellos me dicen que tenemos un problema con el aceite, ¡se lo echamos a todo!
- Pimienta en todos lados. ¿Haces una tortilla de patatas? Le falta pimienta. ¿Haces una paella tirándote la mañana entera en la cocina como si fueras una abuela? Le falta pimienta. Da igual que les expliques que has pagado el azafrán a precio de oro y que con la pimienta no se va a notar.
Cuando tú mejoras sus platos:
- Sus crêpes se llaman "Palatschinken" y los pueden comer como plato principal. Si tu comida del medio día va a consistir en crêpes, puede que tengas la genial idea de pretender hacerte alguno salado (con jamón, queso, un poco de ensalada...). No sugieras algo así si tienes aprecio a tu vida. Los palatschinken se comen con cosas que lleven veinte kilos de azúcar y lo más sano que te dejarán meterle es algo de fruta o miel. Y si les dices que los crêpes salados también están buenos te mirarán como si fueras un ser inferior.
- Las ensaladas no suelen ser verdes, normalmente son a base de patatas. Cuando quieres introducir algo de variedad a la ensalada de patatas o a la del jardín creen que te pasas de creatividad.
- Cocinar con mantequilla. Además de untarla al pan, cocinan con ella y te aseguran que está más bueno que con aceite, pero "admiten que el aceite es más sano".
- Grasa de cerdo untada en el pan. Con ésto lo he dicho todo. Les encanta untar la grasa de cerdo como si fuera paté o queso Philadelphia. No es que esté malo, pero yo que sé, es grasa de cerdo hervida, mezclada con mantequilla (como si no tuviera suficiente grasa) y no sé qué más y untada tal cual. Y te dirán "Vale, no es muy sano... ¡pero come más! ¡Si está muy bueno!".