Hace un tiempo comenté que aquí tengo una amiga de la India. Ayer tuvimos una charla sobre los matrimonios en su país y cómo de influyente puede ser la familia en ese aspecto. Me ha parecido un tema tan interesante que lo voy a compartir aquí.
Cuando vives en la India la familia es lo más importante y es bastante habitual vivir en casas grandes con tus primos, tíos, abuelos, padres, hermanos... Lo cierto es que no tienes muchas oportunidades para tontear con gente de tu edad cuando eres adolescente, lo cual afecta a las relaciones personales cuando eres adulto.
Al tener entre 20 y 25 años va siendo hora de pensar en casarse, aunque en los casos en los que se estudia en la universidad se suele hacer más tarde. La idea de compartir tu vida con una única persona (y por supuesto no mantener relaciones sexuales hasta después del matrimonio y únicamente con tu marido) sigue estando muy arraigada. Hasta el día de tu boda lo máximo que se tolera en esa sociedad es algún beso o cogerse de la mano.
Escoger un marido o mujer implica que tu familia escoja una serie de candidatos o candidatas de clase social similar. También puedes conocer a alguien, por ejemplo, en clase o en la cola del supermercado y decir a tus progenitores que te parece un buen candidato. En este caso el futuro pretendiente tendrá que someterse a un exhaustivo examen.
Una vez tienes preseleccionados una serie de candidatos (normalmente son unos tres o cuatro) procedes a las citas. Lo normal es verse unas 10 o 20 veces antes de decidir si quieres seguir el resto de tu vida con esa persona o no. En caso afirmativo, se suele arreglar la boda en los próximos meses en los que, como he dicho anteriormente, no puedes mantener relaciones sexuales.
Cuando vives en la India la familia es lo más importante y es bastante habitual vivir en casas grandes con tus primos, tíos, abuelos, padres, hermanos... Lo cierto es que no tienes muchas oportunidades para tontear con gente de tu edad cuando eres adolescente, lo cual afecta a las relaciones personales cuando eres adulto.
Al tener entre 20 y 25 años va siendo hora de pensar en casarse, aunque en los casos en los que se estudia en la universidad se suele hacer más tarde. La idea de compartir tu vida con una única persona (y por supuesto no mantener relaciones sexuales hasta después del matrimonio y únicamente con tu marido) sigue estando muy arraigada. Hasta el día de tu boda lo máximo que se tolera en esa sociedad es algún beso o cogerse de la mano.
Escoger un marido o mujer implica que tu familia escoja una serie de candidatos o candidatas de clase social similar. También puedes conocer a alguien, por ejemplo, en clase o en la cola del supermercado y decir a tus progenitores que te parece un buen candidato. En este caso el futuro pretendiente tendrá que someterse a un exhaustivo examen.
Una vez tienes preseleccionados una serie de candidatos (normalmente son unos tres o cuatro) procedes a las citas. Lo normal es verse unas 10 o 20 veces antes de decidir si quieres seguir el resto de tu vida con esa persona o no. En caso afirmativo, se suele arreglar la boda en los próximos meses en los que, como he dicho anteriormente, no puedes mantener relaciones sexuales.
Algo que me pareció muy curioso es que los hindús no confían en los compatriotas que viven en el extranjero. Al parecer, temen que hayan contraído matrimonio en el país donde residen y que ya tengan sus hijos. En el caso de mi amiga, su marido vivía en Austria, pero ambas familias se conocían desde hacía años y por eso confiaban en él. En cualquier otro caso no habrían permitido el matrimonio.
Todo este concepto me ha parecido como si un adolescente necesitara una cama nueva para su habitación. Sus padres cogen el catálogo del Ikea, y seleccionan posibles modelos que se ajusten al presupuesto y que no sean demasiado baratas porque a la larga puede ser malo para la salud. Puede que el hijo quiera una cama de otra tienda, y entonces los padres pedirán que les muestre el mueble en cuestión y evaluarán si la calidad-precio de esta opción es aceptable. Cabe la posibilidad, por ejemplo, de que el hijo quiera una cama que a los padres no les gusta, por lo que no pagarán por ella. El hijo tiene dos opciones: mantener una buena relación con la familia (al fin y al cabo, hay otros modelos de camas, no vale la pena arruinar la relación familiar por eso) o coger el dinero que tiene ahorrado, comprar la cama a las espaldas de los padres y sufrir el rechazo de toda la familia durante el resto de su vida.
Además, hay una especie de psicósis por casarse. Mi teoría es que a las mujeres les lavan el cerebro diciendoles desde niñas que "es su deber". Los hombres probablemente no sepan hacerse ni un huevo frito, por lo que necesitaran una esposa para dejar de vivir con los padres.
Creo que no existe peor forma de matar el romanticismo. Mi amiga vio a su marido una única vez antes de casarse: sólo hablaban por skype. Me gusta mucho que en Europa y América puedas compartir tu vida con alguien sin tener que pasar por la Iglesia. O simplemente la opción convivir con alguien o de tener experiencias con otras personas antes de dar el gran paso. Me parece estupendo que tengas la libertad de escoger si quieres ser más o menos tradicional sin que suelan juzgarte demasiado por ello. ¿No os parece muy curioso que en pleno siglo XXI las costumbres cambien tanto entre países?
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