domingo, 18 de mayo de 2014

Otra vez invierno

El clima en primavera suele oscilar frecuentemente acercándose unas semanas a la temperatura de invierno y otras a la de verano. Cuando vives en un lugar alejado del mar y cerca de las montañas éste efecto se acentúa muchísimo más, creando una especie de ciclos que me vuelven loca.

El tiempo en Viena durante la primavera puede resumirse de este modo: 

- Paso 1:  Semana de sol radiante y temperaturas elevadas (por elevadas entendemos máximas que superen los 20 grados). Generalmente a principios de semana.

- Paso 2: Cuando ya estás mentalizada para sacar el bikini del armario y bañarte en el Danubio, el sol tiene un momento maléfico y decide esconderse tras las nubes. Y ya que estamos, añadimos viento y bajamos las temperaturas hasta tener máximas que ronden los 10 grados.

- Paso 3: Te pasas una semana sufriendo lluvia y temperaturas invernales (entendemos invernales en el Mediterráneo, aquí si tenemos temperaturas positivas no se considera que haga frío). Te preguntas qué leches ha pasado con aquellas espectativas de irte al Danubio cual versión nórdica del anuncio de Estralla Damm.

- Paso 4: Cuando te has resignado a seguir poniéndote ropa de invierno, empiezan a subir las temperaturas, sale el sol y volvemos al paso 1. 

Estás contenta, pero sabes que por la Ley de Murphy ésto pasará el lunes, el viernes volverá a haber una tormenta eléctrica, bajarán las temperaturas 10 grados otra vez y estarás otra semana más con días grises.


En el río con Laura y Christoph hace un par de semanas.

¿A que mola? Pues a a fastidiarse porque ahora no hace este
clima ni de coña.


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