jueves, 13 de febrero de 2014

Un día cualquiera

Hasta ahora ha habido algunas personas que me han preguntado cómo me va todo por aquí. Esta semana es una excepción porque he decidido tomarme unas bien merecidas mini vacaciones, así que en breves haré algo útil con mi vida. Pero de momento he establecido una rutina de ama de casa que me encanta, y voy a compartir con vosotros cómo es un día cualquiera de mi vida:

7-11 a.m.:

Me despierto, desayuno con Christoph y vagueo en la cama. El tiempo de vagueo puede oscilar entre una o tres horas en función del clima y mis ganas de hacer algo. Él suele irse a la universidad sobre las 8:30 o 9 a más tardar. A esa hora vuelvo a la cama, cojo mi chal y me pongo a ver Mujeres Desesperadas. Éste es el momento del día en el que más me acuerdo de mi madre porque mientras ella estaba de baja intentaba sacar un rato cada día para sentarme a tejer con ella en el sofá y mirar esa serie... Y por otro lado porque sé que si estuviera en mi lugar, haría exactamente lo mismo y lo disfrutaría todavía más que yo.

Ahora cada vuelta me lleva media hora


11 a.m. - 2 p.m.:

Cuando ya he holgazaneado lo suficiente, voy al supermercado. Me encanta ir al super aquí porque cada día encuentras algo que te sorprende. Por ejemplo, aquí lo primero que te encuentras al entrar a cualquier supermercado es la parte de frutas, verduras y hortalizas. Como buena guiri que soy, a la mínima oportunidad que se me presenta me quejo sobre el precio de los productos que para mí son básicos.

Una piña de tamaño moderado: 2.49 €

En estos momentos agradecería ser guiri
y prescindir del aceite de oliva.
Después de mi excursión al supermercado, me voy a correr un rato. El bosque no esta muy lejos de donde vivo, así que cuando el clima acompaña subo corriendo, me doy un paseo de una hora por el bosque y luego bajo corriendo otra vez. Todo esto me lleva entre una y dos horas y media en función de mi motivación y es el momento del día en el que más me acuerdo de mi padre porque sé que él haría lo mismo.

Aunque viva en una capital, soy afortunada
de tener ésto al lado de casa

Por el bosque no suelo correr porque hay barro,
hielo, nieve y pendientes que ponen
a prueba mi cardio

Al llegar a casa me recompenso con un baño de burbujas y una comida bien completa a base de carne, verduras y fruta.

2 - 5 p.m.:

Christoph suele llegar a casa en algún punto de esta franja horaria. Aquí aprovecho para dar un paseo por el barrio para conocerlo mejor. 

Mi barrio es muy tranquilo y el aire está muy limpio.

Aunque no lo parezca, hay bastantes tiendas y
sitios donde tomar algo por la zona.

Cuando voy sola suelo estar fuera unas dos horas. Si viene Christoph conmigo refunfuña al cabo de veinte minutos, pero al menos tengo café y pastel.

Hoy venía Christoph. Nos hemos tomado un capuccino y un
trozo de pastel de manzana. También hemos empezado a
organizar nuestro viaje por Escandinavia.

5 - 12 p.m.:

Suelo preparar algo elaborado para cenar y después jugamos un rato juntos al ordenador o miramos una peli. Christoph se va a dormir a las diez, y yo me suelo quedar despierta navegando por internet.








No hay comentarios:

Publicar un comentario